Situado en el barranco de San Julián, una de las numerosas ramblas que dan forma al Valle de Ocón, nos encontramos con los restos romanos de un acueducto que canalizaría sus aguas hasta la bimilenaria Calahorra, ciudad de fundación romana y cuna de importantes eruditos como Marco Fabio Quintiliano.
Al pie de Sierra La Hez iniciaba su trayecto un monumental acueducto que conducía el agua emanada de esta zona hasta la antigua Calagurris Iulia. Su construcción se remonta hasta el siglo I después de Cristo, coincidiendo con el momento de mayor desarrollo y esplendor de dicha ciudad romana, una de las más importantes de Hispania. Se mantuvo en funcionamiento hasta el s. III d. de C.
Esta magna obra romana tenía un recorrido aproximado de 30 kilómetros, que hoy puede seguirse en la mayor parte del trazado por ser numerosos sus afloramientos, como por ejemplo, en Carbonera y La Maja. La obra llegó a tener en su último tramo arquería de 3000 m. de longitud con el fin de salvar una profunda vaguada en las cercanías de Calahorra, del que hoy sólo se conservan los arranques de una hilera, que atestiguan el lugar exacto de dicho proyecto. Por los niveles de altura de la canalización se sabe que ésta llevaba el agua hasta El Raso, la zona más alta de Calahorra.
Dicha obra está construida con opus caementicium (similar a lo que hoy entendemos por ‘hormigón’) y cimentada sobre un lecho de cantos rodados. La canalización muestra una sección rectangular. Su reducida anchura atestigua que el agua que transportaba era utilizada exclusivamente para consumo humano y no para su uso agrícola.
En la actualidad, las aguas que antiguamente canalizaba este acueducto son recogidas ahora en la Balsa de San Julián, situada unos metros más abajo y que abastece a varios pueblos del municipio de Ocón.
Lugares a visitar en las Ruedas de Ocón:
