El relieve

Se caracteriza por la existencia de suaves pendientes de piedemonte y pequeñas vaguadas que se convierten en profundos barrancos por el arroyamiento en terrenos arcillosos.

Los materiales proceden de la erosión de los relieves levantados y fracturados por las orogenias herciniana y sobre todo alpina en los bordes de La Meseta, que luego fueron transportados hasta la depresión del Ebro, depositándolos según su peso, primero los más pesados junto al Sistema Ibérico (conglomerados que fosilizan las calizas jurasicas del monte Tejedo (Jubera) y que cabalgan sobre el material terciario), después las areniscas, arenas y arcillas más finas y por último los yesos en el centro de la depresión.

Estos depósitos terciarios (conglomerados sueltos al sur y glacis erosionado de areniscas y arcillas al norte, sólo se ven alterados por pequeños cerros entre los que destacan el de La Villa y el de Ausejo dominados antaño por sendos castillos.