La vegetación

La despoblación y el abandono de tierras de cultivo durante los últimos decenios, unido a la inexistente industrialización, han ayudado a que la vegetación original se encuentre en buen estado y en proceso de recuperación. El Valle de Ocón conserva magníficos ejemplos de carrascal mediterráneo, hayedos, bosquetes de rebollos, choperas y matorral mediterráneo.

La vegetación del Valle muestra una clara sucesión altitudinal desde las tierras bajas hasta la cumbre de Cabimonteros. De los tamarices de los llanos y zonas endorreicas de Ausejo pasamos a los actuales campos de cultivo con viñedos, almendros y olivos. Aquí la vegetación característica era antaño el carrascal, que en su degradación ha dado paso a coscojares, aulagares y tomillares.

Estos carrascales se conservan bien todavía a partir de Los Molinos, en Las Ruedas y La Villa. Por encima, se extienden los rebollares característicos que desde los 900 metros ascienden hasta las cumbres de Sierra La Hez, allí donde el hayedo ha sido más degradado. Este último ocupa las vaguadas más húmedas y frescas, expuestas a los vientos húmedos y en umbría.

La masa de hayedo es todavía considerable. Lo encontramos hoy en las laderas septentrionales de Cabimonteros en los barrancos de Las Ruedas, San Julián, Carbonera y La Villa, así como en las occidentales de San Vicente de Robres.

En las cumbres aparecen repoblaciones de pino silvestre y laricio, que descienden por las laderas de solana y sotavento, mucho más degradadas y dominadas por un matorral monoespecífico, el jaral o estepa, al que suceden en un nivel inferior el aulagar y el tomillar con espliego.

Los suelos del municipio de Ocón y Cabimonteros están poco evolucionados a partir de sedimentos ácidos pedregosos. No obstante, en la zona baja del Valle aparecen suelos pardos calizos, lo mismo que al sur hacia Arnedillo.